La economía estadounidense registró un golpe en su mercado laboral: la tasa de desempleo aumentó en agosto a 4.3%, el nivel más alto desde finales de 2021. El dato sorprendió, pues solo se generaron 22 mil empleos, muy por debajo de los 75 mil que se esperaban.
El impacto fue inmediato en los mercados financieros. Wall Street cerró con pérdidas, el dólar perdió fuerza frente a otras divisas y el oro alcanzó un nuevo máximo histórico, consolidándose como refugio preferido de los inversionistas en tiempos de incertidumbre.
Analistas consideran que estas cifras reflejan un enfriamiento en la economía y podrían obligar a la Reserva Federal a replantear su estrategia. Mientras tanto, crece la preocupación por el futuro del empleo y la estabilidad financiera del país.