Aunque parezca increíble, los perros tienen la capacidad de detectar enfermedades humanas a través del olfato. Con más de 300 millones de receptores olfativos —mucho más que los humanos— pueden identificar compuestos químicos que el cuerpo libera cuando algo no está bien… incluso antes de que aparezcan síntomas visibles.
Diversos estudios han documentado cómo algunos perros han detectado tipos de cáncer como pulmón, mama, próstata, ovario o melanoma con hasta 99% de precisión. También han sido entrenados para anticipar ataques epilépticos, detectar infecciones como COVID-19 y señalar crisis de azúcar en personas con diabetes.
No reemplazan pruebas de laboratorio, pero pueden ser una primera alerta, silenciosa y precisa. En hospitales y centros de investigación, estos perros ya trabajan como verdaderos aliados de la medicina. Un recordatorio de que el mejor amigo del hombre también puede ser un guardián de su salud.