Un paciente en China ha logrado jugar videojuegos complejos sin mover un solo músculo. ¿Cómo? Gracias a un implante cerebral del tamaño de una moneda, que traduce sus pensamientos en acciones digitales. En apenas tres semanas, fue capaz de controlar un videojuego usando únicamente su mente.
Este logro convierte a China en el segundo país del mundo, después de Estados Unidos, en probar con humanos una interfaz cerebro-computadora invasiva. El implante es más pequeño que el de Neuralink y ha demostrado no generar rechazo en el tejido cerebral, lo que lo hace más seguro a largo plazo.
Por ahora, el chip sirve para controlar juegos… pero su potencial va mucho más allá. En un futuro cercano, podría permitir a personas con parálisis mover prótesis, escribir con la mente o manipular objetos digitales sin contacto alguno. Un paso enorme en la medicina, la neurociencia… y la vida cotidiana.