El Huajiang Canyon Bridge, en China, acaba de romper un nuevo récord: con 625 metros de altura, es oficialmente el puente más alto del mundo. Para dimensionarlo: es más del doble de alto que la Torre Eiffel. Sus torres alcanzan los 260 metros y atraviesa una de las regiones montañosas más extremas del país, con una longitud de casi 3 kilómetros.
Esta colosal obra de ingeniería reducirá de una hora a pocos minutos el tiempo de traslado entre poblaciones antes aisladas. Pero no es sólo un logro de infraestructura: también será un punto turístico con vistas que quitan el aliento. Un testimonio más del poderío tecnológico de China y su ambición por dominar la conectividad del futuro.
Con cada megaestructura, el país asiático no solo rompe marcas, también redefine lo que es posible. El Huajiang Canyon Bridge no es solo un puente: es una declaración de intenciones sobre el liderazgo global que China está construyendo, paso a paso… o kilómetro a kilómetro.