Pasar horas en redes sociales no es tan inofensivo como parece. La American Psychological Association advierte que ver constantemente la vida “perfecta” de los demás puede aumentar la ansiedad, la depresión y la baja autoestima, sobre todo en jóvenes y adolescentes.
Esto sucede por tres razones clave: la comparación constante, la búsqueda de validación externa y el temor a no encajar. Al final, el cerebro no distingue si lo que ves es real o editado, y eso afecta directamente cómo te ves a ti mismo.
¿La solución? Establecer límites de tiempo, seguir cuentas que te inspiren y recordar que tu valor no se mide en likes ni en seguidores. Un poco de distancia digital puede hacer mucho por tu bienestar emocional.