Con la muerte del papa Francisco, el mundo vuelve los ojos al Vaticano, donde comenzará uno de los procesos más solemnes de la Iglesia católica: la elección del nuevo pontífice. En los próximos días, el Colegio Cardenalicio se reunirá en un cónclave secreto para votar, con la misión de guiar el futuro espiritual de más de mil millones de creyentes.
Entre los posibles sucesores hay figuras que representan distintas visiones del mundo: el filipino Luis Antonio Tagle, símbolo de inclusión y cercanía con los pobres; el ghanés Peter Turkson, pionero en justicia climática; el italiano Matteo Zuppi, conocido como “el papa de la paz”; y Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y hábil diplomático. También suenan los nombres de los españoles Juan José Omella y Luis Ladaria.
La elección no será solo espiritual: definirá también posturas sociales, políticas y éticas. En un mundo marcado por el cambio climático, la desigualdad y los conflictos geopolíticos, el nuevo Papa tendrá una voz clave en la conversación global. Y los ojos del planeta ya están puestos en la Capilla Sixtina.