Lo que antes parecía sacado de la ciencia ficción, en China ya es una realidad. Con la técnica de siembra de nubes, el país ha logrado provocar lluvias artificiales para combatir sequías y olas de calor extremas.
El proceso consiste en lanzar yoduro de plata y otros químicos al cielo mediante aviones, lo que altera la formación de las nubes y favorece la lluvia. Esta tecnología ha sido clave en regiones donde la escasez de agua es un problema recurrente.
Aunque el control del clima ofrece beneficios evidentes, también ha generado controversia. Algunos expertos advierten sobre posibles efectos inesperados en los patrones meteorológicos. ¿Hasta dónde debería llegar la humanidad en su intento por manipular la naturaleza?