El Mar Muerto, famoso por su alta salinidad y propiedades únicas, se enfrenta a una crisis sin precedentes. Sus aguas se evaporan a un ritmo alarmante debido al cambio climático y al uso industrial del agua. Cada año, el nivel del mar baja aproximadamente un metro, lo que deja enormes zonas de tierra seca donde antes había agua.
A pesar de los intentos por frenar su desaparición, los esfuerzos no han sido suficientes. Israel y Jordania han propuesto soluciones como la construcción de plantas de desalinización y la creación de canales para desviar agua desde el Mar Rojo, pero estos proyectos han avanzado lentamente.
Expertos advierten que el tiempo para salvar este ecosistema único se está agotando. Sin acciones concretas y urgentes, el Mar Muerto podría convertirse en un recuerdo del pasado. ¿Aún estamos a tiempo de evitarlo?