Por tercer año consecutivo, China está perdiendo población, una situación que ha generado preocupación a nivel global. El principal factor detrás de esta disminución es el envejecimiento acelerado de la población. Se estima que, para 2035, un tercio de los chinos serán mayores de 60 años, lo que pone en riesgo la estabilidad de la economía china, que históricamente ha dependido de una gran fuerza laboral joven.
El país ha comenzado a tomar medidas ante esta crisis demográfica, como el plan de retrasar la edad de jubilación. Sin embargo, uno de los problemas más graves es que pocas personas desean tener más hijos, debido al alto costo de vida y la presión económica.
La situación plantea un gran desafío para el gigante asiático, que deberá encontrar soluciones para lidiar con la «bomba demográfica» que podría transformar su futuro.
¿Cómo enfrentará China este panorama?