La obsesión por la delgadez entre los jóvenes en México está alcanzando niveles preocupantes. En los últimos años, los trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia han mostrado un crecimiento alarmante. Entre 2018 y 2023, los casos diagnosticados se han duplicado, con un aumento del 130% en el número de afectados, siendo principalmente los jóvenes de entre 10 y 19 años quienes sufren estos trastornos.

El año pasado, más de 6,500 casos de trastornos alimenticios fueron atendidos por profesionales de la salud. Sin embargo, se estima que por cada caso diagnosticado, existen al menos siete más que no han sido identificados ni tratados, lo que refleja una creciente crisis de salud mental y física en la población juvenil.

Este fenómeno no solo está relacionado con una preocupación por la imagen corporal, sino también con factores sociales y psicológicos. Las redes sociales, la presión por cumplir con ciertos estándares de belleza impuestos por los medios de comunicación, y la constante exposición a imágenes de cuerpos «perfectos» contribuyen significativamente a la obsesión por la delgadez. Los jóvenes, en su búsqueda de aceptación y pertenencia, se ven influenciados por la idea de que ser delgado es sinónimo de éxito, belleza y felicidad.

Los expertos señalan que este aumento de trastornos alimenticios también se debe a una falta de educación y concientización sobre salud mental y bienestar en la juventud. Las presiones sociales, unidas a la falta de recursos para enfrentar la ansiedad, la baja autoestima y la imagen corporal distorsionada, están llevando a un número creciente de jóvenes a adoptar conductas peligrosas para perder peso, que a menudo terminan en problemas serios de salud.

La situación es grave, y cada vez más expertos y organizaciones de salud hacen un llamado a la acción.