La llegada de enero no solo trae consigo el peso de los gastos acumulados durante las fiestas, sino también un impacto significativo en la salud mental. Estudios revelan que esta época del año incrementa los niveles de estrés, ansiedad y hasta depresión, consecuencias directas de la presión financiera que generan las compras navideñas y los regalos.
Aunque muchos buscan consuelo en el consumo impulsivo, los expertos advierten que esta práctica puede agravar el problema. La solución radica en el ahorro y en una gestión consciente de las finanzas. Ser realista con tus ingresos y planificar tus gastos te ayudará a evitar caer en un ciclo interminable de deudas.
Este enero, no solo enfoques tus esfuerzos en equilibrar tus cuentas; prioriza también tu bienestar emocional. Mantener una relación saludable con el dinero puede marcar la diferencia para comenzar el año con mayor tranquilidad.