México enfrenta una crisis de salud pública.

Para 2030, el 40% de la población adulta podría sufrir obesidad. Actualmente, el 37% de los adultos ya la padecen, convirtiéndola en un problema que afecta no solo la calidad de vida, sino también la economía del país. La obesidad representa alrededor del 6% del Producto Interno Bruto (PIB) debido a los costos médicos y la disminución en la productividad laboral.

Esta enfermedad crónica es un factor de riesgo para diversas complicaciones de salud, incluyendo enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión y algunos tipos de cáncer. La falta de acceso a alimentos saludables, el sedentarismo y la cultura del consumo de comida ultraprocesada han sido claves en el aumento de los casos.

Expertos advierten que si no se implementan medidas urgentes, el sistema de salud podría verse aún más sobrecargado. Políticas públicas enfocadas en educación nutricional, incentivos para el consumo de alimentos saludables y la promoción del ejercicio son algunas de las estrategias que podrían frenar el avance de la obesidad en el país.