En el mundo de los vivos buscamos cambios para mantenernos actualizados pero, ¿cómo van esas actualizaciones cuando perdemos a un ser querido? 

Te explicamos sobre un nuevo proceso químico para la disposición de cadáveres que se apoya en una novedosa combinación de flujo de agua, temperatura y alcalinidad para acelerar la descomposición de los materiales orgánicos. A esta técnica se le conoce actualmente como «aquamación» y promete descomponer un cuerpo en cuestión de horas por medio de la imitación de un proceso que ocurre naturalmente cuando un cuerpo se descompone llamado  hidrólisis alcalina, pero…

¿En qué consiste exactamente la aquamación? 

Los restos del fallecido se depositan en un gran cilindro metálico, llamado cámara hermética. Ésta se calienta a 150° C para después sumergirse en un líquido derivado de una mezcla de hidróxido de potasio y agua por un lapso de 90 minutos.

Esto disuelve el tejido corporal, dejando solo los huesos, que luego se enjuagan a 120° C, se secan y finalmente se pulverizan. Este proceso se lleva a cabo mediante una máquina llamada cremulador.

Una vez que se completan todos estos pasos, los restos se pueden enterrar o esparcir de acuerdo con los deseos del difunto, tal como sucedería en una cremación ordinaria.

¿Qué tiene de diferente con la cremación tradicional?

En primer lugar este procedimiento se presentó por sus promotores como una alternativa «más ecológica» a la cremación. En un análisis ambiental independiente en Reino Unido se  demostró que usar la cremación con agua en vez de llamas «reduce las emisiones de gases de efecto invernadero de ese funeral en aproximadamente un 35%». También se utiliza hasta 90%  menos de energía en comparación con la cremación tradicional.

Esta alternativa funeraria cumple con las regulaciones ambientales existentes y se utiliza en países como Canadá, España y Estados Unidos. En nuestro país, esta opción está disponible únicamente en Tijuana, Baja California, a través de una de las empresas funerarias más grandes de México. Se espera que en un futuro cercano la aquamación sea una más de las alternativas que existen para despedir a un ser querido.