En los últimos años, las redes sociales se han convertido en parte casi fundamental de la vida cotidiana de todos quienes tienen acceso a Internet.
La aprobación social se ha convertido en un problema importante que afecta a las personas sin importar su edad o género, llegando a desarrollar depresión, ansiedad, frustración, baja autoestima, cambios drásticos en el estado de ánimo y diferentes trastornos al buscar mostrar una “vida perfecta” e imitar el estilo de vida de muchos influencers o famosos en diferentes plataformas.
La presión social ha aumentado al grado de afectar la salud mental y emocional de las personas, convirtiéndolo en una cuestión real que debe tratarse muchas veces de manera profesional de la mano de un experto.
Sumado a este gran problema social, el confinamiento debido a la actual pandemia por Covid-19 ha provocado que los usuarios pasen un mayor tiempo en las redes sociales, sea para consumir el contenido de sus influencers favoritos o bien, creando contenido que busca la aceptación del público, pasando de un ser un hobbie a una obsesión.
A lo largo de la historia del Internet, usuarios han creado diferentes “retos” con un alto grado de peligro, y en el peor de los casos, la presión por realizarlos y por obtener un mayor número de likes es tal que se llega a un resultado fatal, esto ha pasado durante años y lamentablemente sigue ocurriendo.
Además, se puede acceder de manera muy sencilla a las redes sociales a través de cualquier dispositivo: celulares, laptops, tabletas y PCs, aunado al hecho de que no hay un límite de tiempo u horario especifico, las redes siempre estarán activas.
Es importante que este problema social no se tome a la ligera, ya que puede afectar de manera muy distinta de persona a persona.
Identificar los focos rojos, como el uso desmedido de las redes sociales, la creación de contenido solo por la aceptación social y el interés excesivo por obtener el mayor número de reacciones y comentarios, es primordial para comenzar a buscar una solución.
Admitir que se tiene un problema es el primer paso para la recuperación. Siempre es una buena opción buscar apoyo profesional, evitar el aislamiento y conversar con personas de confianza.