Científicos afirman que han «entrenado con éxito» a vacas para que orinen en un área previamente designada, en el marco de un programa destinado a reducir de manera drástica las emisiones de gases de efecto invernadero.
El equipo de investigadores, integrado por neocelandeses y alemanes, admitió que esta idea había sido concebida como una mera broma, pero destacó que poder manipular los desechos líquidos de las vacas, ricos en nitrógeno, podría tener a largo plazo genuinos beneficios climáticos.
Expertos explican que el nitrógeno contenido en la orina de las vacas se descompone con el tiempo en dos sustancias problemáticas: óxido de nitrógeno, potente gas de efecto invernadero, y nitrato, que se acumula en los suelos, filtrándose después a ríos y arroyos.