La comunidad científica está de luto por el fallecimiento del doctor Rafael Navarro González, uno de los 200 científicos que participaban activamente en la misión espacial conocida como Mars Science Laboratory.

El astrobiólogo es recordado, entre muchas cosas, por el reconocimiento que dio la NASA a sus aportaciones en la misión Curiosity, ya que ayudó en los estudios que permitieron corroborar que Marte tuvo condiciones para la vida.

Para él, la curiosidad por explorar el universo, se dio: “cuando era un niño y me gustaba ver mi alrededor, me gustaba ver animales, tenía como mascotas, peces, tortugas, me gustaba ver cómo se comportaban y una de las incógnitas que me surgían era ¿Cómo había surgido la vida? En esa época empezaron los viajes espaciales y muy pronto llegó el hombre a la luna y la llegada del Apolo 11 a la luna me hizo pensar si pudiera haber vida afuera de la tierra y ¿Cómo podría surgir la vida afuera de nuestro planeta”, así lo expresó en entrevista con MexNews en noviembre del año pasado.

El doctor Navarro, realizó sus estudios profesionales de biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM y su doctorado en la Universidad de Maryland en College Park, sobre problemas relacionados con el origen de la vida. Su trabajo de investigación doctoral estuvo sustentado por proyectos otorgados por la NASA y por ello, su desempeño académico fue evaluado continuamente por esta agencia estadounidense en Washington.

Además, colaboró desde 2004 con la NASA en el proyecto Mars Science Laboratory, mejor conocido Curiosity, el cual tiene como finalidad explorar la superficie de Marte y construyó el robot que fue enviado para explorar el planeta rojo.

“Desde entonces tardamos casi ocho años en construir el instrumento que eventualmente lo llevó el Curiosity a Marte, desde 2012 estamos estudiando la superficie marciana en búsqueda de evidencia de vida pasada y presente y si las condiciones son favorables para que la vida terrestre pueda existir en un futuro que pudieramos llegar a Marte”, señaló el fallecido científico.

También participó en el instrumento HABIT (Habilitability, Brine Irradiation and Temperature por sus siglas en inglés) de la plataforma de amartizaje en la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea.

Pero, participar en el descubrimiento, quizá, de uno de los enigmas de la humanidad más importantes como el de encontrar vida más allá de nuestra madre tierra, para él

 

significó encontrar las respuestas del origen de la vida:

“ Yo soy biólogo, la biología puede ser terrícola y convertirse en universal, sería un hallazgo muy importante, todo lo que sabemos de la biología se basa en físicas y químicas, pero no conocemos otro organismo más que los terrícolas y estamos buscando evidencia de vida fuera de la tierra basado en los conocimientos que tenemos de la física y de la química y de la biología y encontrar una evidencia de vida extraterrestre, sería el hallazgo más importante porque cambiaría la biología de terrícola a universal”.

El doctor Navarro participó activamente en la formación de recursos humanos mexicanos y del extranjero, habiendo dirigido once tesis de licenciatura, siete de maestría, cinco de doctorado y un trabajo posdoctoral. También realizó su periodo sabático con el doctor Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995, sobre problemas de química y electricidad atmosféricas.

Entre sus merecidos reconocimientos se cuentan: la primera Beca Sabática Mario Molina; el Reconocimiento Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos, 1998; la nominación en 2007 al Premio Príncipe de Asturias en el área de investigación científica y técnica; la Medalla Alexander von Humboldt, 2009; el Premio de la Academia TWAS en Ciencias de la Tierra, 2009, y la Medalla Vikram Sarabhai, 2012 y el Premio Universidad Nacional 2020 en el área de Docencia en ciencias naturales.

El doctor Rafael Navarro González, como uno de los científicos más destacados en Astrobiología a nivel internacional, contribuyó en la búsqueda de una segunda génesis, es decir un segundo ejemplo de vida en el universo.

A sus 61 años de edad falleció a causa del COVID-19.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *