Reformar a la policía estadounidense de forma radical para terminar con la brutalidad y el racismo sistémico. Esa fue la petición que hizo la familia del afroestadounidense George Floyd, durante una reunión con el presidente Joe Biden, al cumplirse un año del asesinato del hombre por un policía blanco.
El mandatario recibió a la familia en la Casa Blanca durante un par de horas, acompañado por Kamala Harris, la primera vicepresidenta mujer y afrodescendiente en la historia del país.
El texto de la reforma, adoptado por la Cámara de Representantes, prevé en particular la prohibición del estrangulamiento, causa de la muerte de Floyd, y tiene como objetivo limitar la amplia inmunidad de la que gozan los agentes policiales.
Previamente, la madre de Floyd, sus hermanos y su hija Gianna, se reunieron junto con sus abogados con la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y otros legisladores.