Un equipo de investigadores del University College de Londres ha revelado que ha aumentado entre 15 y 50 metros en los últimos 89 mil años.

¿Por qué? 

Por un raro fenómeno, llamado  «rebote isostático».

Ese fenómeno básicamente consiste en la erosión de la roca, o sea que se va perdiendo la capa superficial del suelo.

Esto en lugar de hacerla más chaparra, hace que la montaña se vuelva más liviana y brote a un ritmo de 2 milímetros por año. 

En otras palabras, el Everest literalmente flota hacia arriba, ya que el rebote isostático tiene un movimiento vertical en los glaciares.