Hace unos 65 millones de años, un enorme asteroide impactó en la Península de Yucatán, marcando el fin de los dinosaurios. Este evento dejó un cráter gigante conocido como Chicxulub, con 180 km de ancho, pero que se encuentra bajo tierra.

Su descubrimiento ocurrió en 1981, cuando empleados de una petrolera, al perforar un pozo, encontraron evidencia del cráter. Aunque no es accesible como atracción turística, sigue siendo uno de los sitios más importantes en la historia geológica del planeta.

Este evento sigue siendo estudiado por geólogos y paleontólogos, no solo por su impacto en el pasado, sino por las lecciones que ofrece sobre los riesgos de eventos similares en el futuro.

¿Te imaginas lo que sería visitar este lugar si fuera accesible?

Un cráter que cambió la historia de la Tierra para siempre.