Una noticia que ha sorprendido muchísimo: el cohete más grande del mundo explotó, a unos cuantos minutos de haber despegado de una plataforma. Y quiero que indaguemos un poco más en esto porque realmente está interesante saber o imaginar cómo uno de los cohetes más grandes, en los que se ha invertido tanto tiempo, tanto dinero, tanto conocimiento, para poder crearlo y lanzarlo a las pruebas, pudo destruirse en cuestión de minutos.
Conozcamos qué ocurrió paso a paso:
En un lugar llamado Boca Chica, en Texas, Estados Unidos, hay una estación de SpaceX, esta empresa cuyo fundador es el famoso magnate Elon Musk. Desde ahí, desde esa base, la gigantesca nave despegó a las 8:33 de la mañana, y en un principio su despegue parecía completamente exitoso.
Y como ya lo sabemos, se tenía previsto que esta nave, después de unos minutos del lanzamiento, se separara de una cápsula. Pero esto NO ocurrió. Antes de que pudiera separarse como se tenía planeado, el cohete explotó.
Y pese a lo que muchos podrían pensar, esto no se considera un fracaso en todos los sentidos. De hecho, el propietario de SpaceX, Elon Musk, felicitó a los equipos de la compañía, a través de un mensaje de Twitter. Específicamente dijo: «por un emocionante lanzamiento de prueba”. Y agregó que quedaron muchas enseñanzas “para el próximo lanzamiento de prueba en unos meses«.
He ahí el punto. Este tipo de lanzamientos sirven precisamente para conocer cuáles son las fallas más propensas a experimentarse en este tipo de misiones espaciales. Por ahora, las pruebas son -por obvias razones- NO tripuladas, pero en un futuro se espera que puedan llevar dentro a astronautas capacitados y sobretodo que se encuentren a salvo, que no corran ningún riesgo.
Para terminar de contarte esta hazaña, quiero detallar un poco más sobre esta nave que explotó. Su nombre es Starship, es una nave espacial de 120 metros de altura, diseñada para transportar hasta 100 personas y más de cientos de toneladas de carga. Pero su verdadera innovación es que debe ser totalmente reutilizable. Ese es el objetivo más grande.
Estas naves llamadas Starship son las que se planea utilizar para la próxima misión enfocada a visitar la Luna, misma que está prevista para fines de 2025.
La primera y última vez que se llegó a la Luna fue desde el programa Apolo en el año 1972. Se espera que en 2025 esta hazaña cambie por completo la forma en que entendemos los logros del humano ante el espacio.