Un estudio reciente acaba de confirmar lo que muchos científicos temían: las nubes están desapareciendo poco a poco de la atmósfera terrestre. Según los investigadores, las nubes de tormenta —especialmente en latitudes medias— se están reduciendo hasta un 3% cada década. La causa: el cambio climático, que está alterando la circulación de los vientos globales y empujando las formaciones nubosas hacia los polos.

Esto tiene una consecuencia directa: menos nubes significa menos luz solar reflejada al espacio y más calor atrapado en la atmósfera. El planeta está absorbiendo más energía que nunca, y la pérdida de nubosidad se está convirtiendo en un factor crítico en el aumento de las temperaturas globales.

Este fenómeno ya no es una predicción futura. Está ocurriendo ahora, acelerando el calentamiento global y agravando los efectos de la crisis climática en todo el mundo. Menos nubes no solo implica cielos más despejados… implica un planeta cada vez más caliente y menos equilibrado.