Un análisis reciente advierte que una deportación masiva en Estados Unidos podría afectar a cerca de 150 mil personas provenientes de México y Centroamérica, según Manuel Orozco, investigador de Diálogo Interamericano. De esa cifra, se estima que unos 65 mil serían mexicanos.
La amenaza de deportaciones masivas fue reiterada por Donald Trump, quien aspira a regresar a la presidencia de Estados Unidos. Ante esta posibilidad, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que México está preparado para recibir a los connacionales afectados. «Estamos listos para atender y apoyar a los mexicanos que regresen», afirmó, destacando la importancia de proteger sus derechos y facilitar su reintegración al país.
Este escenario plantea importantes desafíos sociales y económicos para México, que deberá gestionar la llegada de miles de personas, muchas de las cuales han vivido en Estados Unidos por años o incluso décadas. A nivel internacional, también reaviva el debate sobre las políticas migratorias y sus impactos en las comunidades.
Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos han expresado preocupación por el impacto que estas deportaciones masivas podrían tener en las familias separadas, la estabilidad económica y la seguridad de los deportados. La situación continúa siendo un tema central en las discusiones migratorias de ambos países.