En un pueblo ubicado en Venezuela hace unos 4 años que los niños no tienen clases.
La mayoría de las personas que habitan ahí son pescadores. Se trata de alrededor de 40 familias que viven en Ologá, un asentamiento sobre el Lago de Maracaibo.
El pueblo tiene una pequeña escuela, pero está abandonada.
Los maestros solían trasladarse hasta Ologá en aventones en lancha que les ofrecían pescadores y operadores turísticos.
Pero con la falta de combustible se redujeron los viajes, y la llegada de la única docente que quedaba en la escuela.
Eso sin contar los bajos salarios, que no llegan a los 5 dólares mensuales, una realidad que se repite en todo el país.
Al no haber escuelas, los niños no saben leer. Lo sorprendente es que se cree que más del 90% de los adultos tampoco sabe hacerlo.
Sin duda, una realidad difícil…