Los venezolanos están dejando de consumir carne, pero no por la escasez, sino por el pobre poder adquisitivo de los trabajadores, donde el suelo no les alcanza y les obliga a buscar nuevas dietas.
Hay habitantes de Venezuela que nunca han probado la carne en su vida, no por decisión propia, sino porque adquirirla está fuera de sus posibilidades.
La mayoría de las personas obreras cargan con varios kilos de piel de pollo, con los que fabrican su propio aceite para freír huevos y arepas, un pan a base de harina de maíz que goza de elevada popularidad en Venezuela.
En Venezuela, el salario mínimo es de lo equivalente a poco menos de 1 dólar, de acuerdo con la tasa de cambio oficial del Banco Central.
Cerca de 7 millones de personas entre empleados públicos y pensionistas perciben estos ingresos, aunque el Gobierno del socialista Nicolás Maduro asegura que este grupo también ingresa más dinero a través de diversos planes de ayuda social.