Los cubrebocas que salvan vidas durante la pandemia de coronavirus también ocasionan graves daños al medio ambiente.
Se han convertido en un peligro mortal para los animales que pueden quedar atrapados o asfixiarse con los tapabocas abandonados en la naturaleza.
Desde que inició la pandemia, muchos gobiernos obligaron a su población a hacer uso de los cubrebocas.
Como resultado, estos objetos han sido encontrados no sólo en los basureros, sino en calles, ríos, playas, alrededor del mundo, ocasionando que muchos animales los ingieran y su organismo sufra daños.
Estos son generalmente fabricados con poliéster y polipropileno, materiales que pueden tardar cientos de años en descomponerse.
«Creemos que tanto las mascarillas como los guantes pueden representar una amenaza para la vida marina silvestre. Las tortugas a menudo confunden los guantes con alimento, es decir, con las medusas, que son su principal alimento», dijo un ambientalista que investiga los daños de los cubrebocas en el mundo.
Según la Organización No Gubernamental, OceansAsia, más de 1,500 millones de mascarillas terminaron en los océanos en 2020, lo que representa unas 6,200 toneladas de contaminación plástica marina.
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